Ante el freno de ventas eléctrico, ¿gasolina?

Sabemos que el titular resulta sorprendente pero la realidad es la que es y las ventas de coches eléctricos se han ralentizado en todo el mundo (con especial foco para Europa), una tendencia que, según los analistas, irá a más a medida que avance el año. Las primeras consecuencias ya se han hecho visibles en forma de un sorpasso por parte de los híbridos enchufables que han vuelto a colocarse como la alternativa con enchufe más demandada. Sin embargo, este panorama ha provocado que algunos fabricantes rectifiquen en sus planes de electrificación. Nos explicamos.

Hasta hace poco, algunos de los modelos eléctricos que surgieron no fueron sino una evolución de una plataforma destinada a motores de combustión. Este fue el caso, por ejemplo, de coches como el SEAT Mii electric (junto con el Skoda Citigo o el VW e-up!), el anterior MINI Cooper SE o el Volvo XC40, que inicialmente empleaban elementos de combustión para luego ser ‘vaciados’ y presentar alternativas 100% eléctricas. En otro escalón están los vehículos que son capaces, en su plataforma de ofrecer las dos tecnologías (aquí lógicamente hablamos de los phev).

Rectificar… ¿es de sabios?

En la actualidad, la gran mayoría de fabricantes se ha centrado en el desarrollo de estructuras pensadas para coches eléctricos pero sin impedir que se puedan producir versiones de combustión. Pero aparquemos este concepto un momento para centrarnos en la vía que ha sorprendido y que podría ser tomada a corto plazo por FIAT. Porque la firma transalpina lanzó hace cuatro años la nueva generación del 500, bautizado como 500e, con un desarrollo gestado para ser exclusivamente cero emisiones; pero ahora y como consecuencia de un mercado eléctrico europeo que no avanza según el ritmo esperado, provocando que las matriculaciones de este coche en concreto no sean todo lo buenas que esperaba la marca italiana, ésta podría tomar una decisión atípica: convertir el 500e e un modelo de combustión.

El uso de este adjetivo no es otro que diferenciarlo de ese tipo de coches de los que hablábamos antes, aquellos como, por ejemplo y sin salir de Fiat, el próximo Panda en cuyo desarrollo se ha tenido en cuenta tanto las mecánicas eléctricas como las de combustión. Algo que igualmente sucede en vehículos como el KIA Niro (prueba del PHEV), el Hyundai Kona (prueba del eléctrico) o más recientemente del nuevo Peugeot 3008, sostenido sobre la STLA Medium del Grupo Stellantis.

Cambio radical

Pero que FIAT decida incluir en la gama del actual 500e una versión de combustión, que eso sí sería híbrida ligera también genera dudas comerciales. Porque actualmente el utilitario ya está disponible con esta posibilidad electrificada, el 500 Hybrid, pero la realidad es que en términos de seguridad se ha quedado desfasada y es probable que no cumpla los requisitos europeos que entrarán en vigor en julio de este año.

Otro factor para esta toma de decisiones afecta directamente a los trabajadores. Y es que según analiza Automotive News, la poca demanda del 500e en lo que llevamos de año ya habría provocado que la planta de Mirafiori recorte uno de los dos turnos de producción, pudiendo revertirse si se introduce esta mecánica híbrida ligera al tiempo que calmaría las preocupaciones suscitadas por parte del gobierno italiano de mantener la producción de coches por encima del millón de unidades anuales. No obstante, que el 500e se convierta en un 500 Hybrid de nueva generación no resulta tan sencillo como se podría esperar, al menos en términos de diseño y estructura. Y es que diferencia de ese futuro Panda, este 500e sí nació como eléctrico lo que provocaría prácticamente un rediseño de casi toda su estructura para dar cabida a los diferentes componentes mecánicos, ya que no basta solo con cambiar el tipo de motor o sustituir la batería por un depósito de combustible. Según se apunta, en caso de que se diera luz verde al proyecto, este podría tardar entre 18 y 24 meses en verse completado.