El secreto reside en el empleo de batería LFP gracias a la mediación de Ampere con CATL y LG Energy Solutions. El objetivo es que estén vigentes a partir de 2026
Cada vez está más claro que el futuro cercano de los vehículos eléctricos, al menos para garantizar su viabilidad y ser más accesibles al público en general, pasa por realizar un cambio en la tecnología de sus baterías. El horizonte a medio plazo lo determinan las baterías de estado sólido mientras que el presente está enfocado hacia los paquetes de celdas con una química a base de litio ferrofosfato, comúnmente denominadas baterías LFP. Una tecnología que no es novedosa ni mucho menos pues fabricantes chinos como BYD llevan tiempo empleándolas en sus vehículos con unos resultados muy satisfactorios.
Otras, como Renault, han necesitado más tiempo para comenzar a emplearlas aunque como reza el refrán “nunca es tarde si la dicha es buena” y así la firma del rombo, a través de su división Ampere, ha confirmado que varios de sus modelos emplearán dichos paquetes.
Menos costes
El principal motivo, como suele ser habitual, es la reducción de costes. Y es que hoy por hoy el vehículo eléctrico más económico de la marca gala es el Renault 5 E-TECH cuyo precio de partida está estipulado en unos 25.000 euros con ayudas, a la espera de que lleguen las versiones más económicas que reduzcan dicha cuantía al ámbito de los 20.000 euros. Rango en el que también se moverá el futuro Twingo E-TECH para el que Renault parece haber encontrado finalmente un socio de origen chino una vez que las negociaciones con Volkswagen no acabaron en buen puerto.
En lo que estos paquetes se refiere, la estimaciones de la propia Renault pasan por reducir los costes de las propias baterías en cerca de un 20% a partir del inicio de 2026. Para conseguirlo, Ampere ha trabajado codo con codo con sus proveedores LG Energy Solution y CATL para establecer una cadena de valor integrada en el continente europeo, con el fin de garantizar una mayor competitividad de la tecnología LFP para sus vehículos fabricados en Europa. Estos dos socios suministrarán baterías LFP para varios modelos de las gamas Renault y Alpine, cubriendo así las necesidades de baterías hasta 2030.
En paralelo, los equipos de Ampere han trabajado con LG Energy Solution para desarrollar una tecnología Cell-to-pack. Esta importante innovación, una primicia mundial para las baterías de tipo pouch, permite aumentar la autonomía de los vehículos equipados con LFP al integrar más celdas, y por tanto más energía a bordo, en un espacio determinado. No obstante Ampere seguirá adquiriendo baterías NCM de AESC en Francia y de Verkor, que también tiene su sede en Francia, mientras que las baterías LFP de CATL se obtendrán de su planta en Hungría y las de LG Energy Solution se producirán en Polonia.
“En un entorno extremadamente competitivo y en constante evolución, nuestra estrategia de baterías es una prueba de la eficacia del enfoque abierto y horizontal de Ampere, con los mejores socios, que garantiza una asignación inteligente del capital, flexibilidad y rapidez de ejecución. Este plan forma parte de la hoja de ruta de Ampere para reducir sus costes en un 40% para la próxima generación de vehículos”, comentó Josep Maria Recasens, director de Operaciones de Ampere.
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